Elogiadas por su llegada a los sectores pobres, las empresas de microfinanzas de ese país debieron pedir protección policial por temor a agresiones de deudores furiosos que exigen renegociar sus saldos vencidos
El directivo de la Asociación de Microfinanzas, Miguel Romero, explicó que esperan que "la Policía resguarde las instalaciones porque están en riesgo no sólo la seguridad de los locales, sino también la del personal". Afirmó que no se puede "negociar con una pistola en la cabeza".
El conflicto originado por las dedudas con las financieras es muy sensible en el país, donde miles de pequeños comerciantes, agricultores y trabajadores adquirieron préstamos en esas firmas ante la imposibilidad de acceder a la banca tradicional. Los problemas económicos que afronta Nicaragua y que golpearon a la economía doméstica provocaron que ahora tengan dificultades para devolverlos.
Por ello, unos 15 mil deudores se organizaron y crearon el movimiento No Pago. Además, anunciaron un boicot contra las empresas de microcréditos a partir del lunes para presionarlas a que reestructuren sus deudas, que ascienden a 35 millones de dólares.
El líder del movimiento, Omar Vilchez, advirtió: "No permitiremos que las microfinancieras funcionen, vamos a bloquear las entradas para que vean que con nosotros no se puede jugar y tal vez así se sienten a renegociar las deudas".
En un primer intento de llamar la atención, los deudores bloquearon carreteras durante nueve días. La medida, que se levantó el jueves, buscaba que las autoridades se hicieran cargo de sus responsabilidades financieras para luego negociar con el Fisco las formas de devolver el dinero.
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