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La capital de los dientes postizos



Juanjo Robledo
España
BBCMundo.com

Cada pieza terminada puede costar unos US$4. (Foto cortesía: Unidesa-Odi).

Si se pudiera leer el reverso de los dientes de medio planeta seguramente deberían decir: Made in Tielmes, España.

La pequeña localidad madrileña de tan sólo 2.500 habitantes produce doce millones de dientes postizos al año, uno cada segundo. Los hay para todos los gustos: grandes, pequeños, amarfilados o blancos impolutos, los preferidos por los famosos.

"Somos la única fábrica en España y de las principales en Europa. Vendemos millones de dientes a Alemania, el país pionero en el sector dental. Tenemos pedidos de 60 países, desde Estados Unidos hasta Tailandia", explica a BBC Mundo Soraya Domínguez, directora de exportaciones de la fábrica Unidesa-Odi, el sueño que su padre comenzó hace casi 60 años en Galicia.

Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó la demanda a gran escala de dientes. El pequeño depósito dental se transformó en una fábrica que se instaló en León.

Allí elaboraban dientes como si fueran bizcochos recién horneados. Luego los empacaban en un avión ultraligero y cruzaban el Atlántico con la valiosa carga.

"Tenemos pedidos de 60 países, desde Estados Unidos hasta Tailandi"

Soraya Domínguez, directora de exportaciones de la fábrica Unidesa-Odi

"Era un proceso absolutamente artesanal: se vertía una pasta en moldes que luego se ponían al calor. Ahora tenemos un robot que agiliza el proceso pero el montaje de las piezas sigue siendo manual. No somos un sector como el de los coches, que tiene muchos fabricantes y componentes, hemos tenido que ir desarrollando nuestra propia tecnología", explica Domínguez.

En los años setenta la fábrica se trasladó a Tielmes, en la Comunidad de Madrid.

Actualmente trabajan cerca de 50 personas del pueblo que no sólo controlan la técnica sino que conocen el mapa dental del mundo y sus diferencias: los africanos utilizan dientes blancos y grandes; los asiáticos, pequeños y más marrones; los nórdicos, más largos que la media europea y, en algunos países árabes, dentaduras postizas enteras. En lugar de cambiar las piezas estropeadas, directamente las quitan.
Blancos impolutos, de moda
Dientes postizos

El montaje de las piezas sigue siendo manual. (Foto cortesía: Unidesa-Odi).

Las sonrisas blancas y perfectas que desfilan ante las cámaras pertenecen a otro grupo, a un fenómeno de moda conocido como bleeched o dentaduras totalmente blanqueadas.

"Lo natural es que los dientes adquieran color por la edad o por factores como el café o el cigarrillo. Con la moda del blanqueamiento mucha gente que sale en televisión no sabe que a los dientes postizos hay que agregarles aditivos fluorescentes para que se vean; si no parecen desdentados. Los dientes tienen esa fluorescencia natural que permite que brillen en una discoteca con luces de neón", señala la experta.

Los dientes que se fabrican en Tielmes son de plástico, una mezcla de líquido de metacrilato de metilo y líquido de monómero. Cada pieza terminada puede costar unos US$4 aunque en el mercado el precio se multiplica.

En su exploración de nuevos mercados, Soraya aterrizó hace poco en Kazajistán. Allí encontró numerosas dentaduras que siguen uno de los hitos de la moda dental: los dientes de oro.

"Los llevan como un símbolo de riqueza. Muchos de nuestros abuelos también los llevaban porque era un material resistente y noble", comenta.

La capital de los dientes postizos



Juanjo Robledo
España
BBCMundo.com

Cada pieza terminada puede costar unos US$4. (Foto cortesía: Unidesa-Odi).

Si se pudiera leer el reverso de los dientes de medio planeta seguramente deberían decir: Made in Tielmes, España.

La pequeña localidad madrileña de tan sólo 2.500 habitantes produce doce millones de dientes postizos al año, uno cada segundo. Los hay para todos los gustos: grandes, pequeños, amarfilados o blancos impolutos, los preferidos por los famosos.

"Somos la única fábrica en España y de las principales en Europa. Vendemos millones de dientes a Alemania, el país pionero en el sector dental. Tenemos pedidos de 60 países, desde Estados Unidos hasta Tailandia", explica a BBC Mundo Soraya Domínguez, directora de exportaciones de la fábrica Unidesa-Odi, el sueño que su padre comenzó hace casi 60 años en Galicia.

Después de la Segunda Guerra Mundial comenzó la demanda a gran escala de dientes. El pequeño depósito dental se transformó en una fábrica que se instaló en León.

Allí elaboraban dientes como si fueran bizcochos recién horneados. Luego los empacaban en un avión ultraligero y cruzaban el Atlántico con la valiosa carga.

"Tenemos pedidos de 60 países, desde Estados Unidos hasta Tailandi"

Soraya Domínguez, directora de exportaciones de la fábrica Unidesa-Odi

"Era un proceso absolutamente artesanal: se vertía una pasta en moldes que luego se ponían al calor. Ahora tenemos un robot que agiliza el proceso pero el montaje de las piezas sigue siendo manual. No somos un sector como el de los coches, que tiene muchos fabricantes y componentes, hemos tenido que ir desarrollando nuestra propia tecnología", explica Domínguez.

En los años setenta la fábrica se trasladó a Tielmes, en la Comunidad de Madrid.

Actualmente trabajan cerca de 50 personas del pueblo que no sólo controlan la técnica sino que conocen el mapa dental del mundo y sus diferencias: los africanos utilizan dientes blancos y grandes; los asiáticos, pequeños y más marrones; los nórdicos, más largos que la media europea y, en algunos países árabes, dentaduras postizas enteras. En lugar de cambiar las piezas estropeadas, directamente las quitan.
Blancos impolutos, de moda
Dientes postizos

El montaje de las piezas sigue siendo manual. (Foto cortesía: Unidesa-Odi).

Las sonrisas blancas y perfectas que desfilan ante las cámaras pertenecen a otro grupo, a un fenómeno de moda conocido como bleeched o dentaduras totalmente blanqueadas.

"Lo natural es que los dientes adquieran color por la edad o por factores como el café o el cigarrillo. Con la moda del blanqueamiento mucha gente que sale en televisión no sabe que a los dientes postizos hay que agregarles aditivos fluorescentes para que se vean; si no parecen desdentados. Los dientes tienen esa fluorescencia natural que permite que brillen en una discoteca con luces de neón", señala la experta.

Los dientes que se fabrican en Tielmes son de plástico, una mezcla de líquido de metacrilato de metilo y líquido de monómero. Cada pieza terminada puede costar unos US$4 aunque en el mercado el precio se multiplica.

En su exploración de nuevos mercados, Soraya aterrizó hace poco en Kazajistán. Allí encontró numerosas dentaduras que siguen uno de los hitos de la moda dental: los dientes de oro.

"Los llevan como un símbolo de riqueza. Muchos de nuestros abuelos también los llevaban porque era un material resistente y noble", comenta.

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