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¿Celebrarías la fiesta del vecino?


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En Francia festejan la fête des voisins el próximo viernes 27. Es la ocasión ideal para "reencontrarlos, desarrollar la convivencia y romper con el anonimato y el aislamiento que reinan a menudo en nuestros barrios". ¿Cuáles son los pros y contras?




En este país europeo parece que ven, sobre todo, ventajas, y han propuesto el próximo viernes como "fiesta de los vecinos", un día dedicado a ellos, con el fin de socializar y conocer mejor a los que viven en el mismo edificio. La página web que organiza este día cuenta que en Europa ya han participado en este tipo de celebraciones unos 10 millones de vecinos, 6,5 de los cuales son procedentes de Francia. Hasta ahora ya se ha festejado el día del vecino 11 veces, y la fiesta se ha extendido por más de 30 países (20 de ellos, en la Unión Europea).

Para llevar a cabo este día aconsejan que se cuelguen carteles en el vecindario para informar acerca del motivo, lugar y hora del festejo. Sugieren cómo mandar las invitaciones, quién puede organizar el encuentro y qué se puede cocinar para una ocasión tan particular.

La pregunta que se desprende de esta iniciativa es la siguiente: ¿queremos relacionarnos con nuestros vecinos? ¿Qué ventajas trae, y qué inconvenientes acarrea?

Los vecinos, como tantas cosas de la vida, no se eligen: tocan. Y todo el mundo ha sufrido en algún momento ruidos, olores e, incluso, malhumores de aquellos que tienen la puerta de su casa al lado de la nuestra.

A veces surgen conflictos aún peores, como lo son rencillas vecinales, cotilleos, litigios con juntas de administración, etc.

Pero esto sólo es un lado de las dos caras de la moneda. Tener un vecino amable puede sacar a más de uno de un apuro a la hora de cocinar. Un trato amable y considerado puede evitar problemas en el futuro e, incluso, puede contribuir a crear cierta solidaridad vecinal que conlleve un beneficio para ambos. El contacto frecuente con el vecindario da la sensación de no vivir aislados, de pertenecer a una comunidad, de que se recupera cierto espacio en el que, incluso en las grandes ciudades, los vecinos pueden conocer y llamarse por su nombre. Y esto no es nada despreciable.

Según un estudio de 1995 de la Universidad de Guadalajara (1995), "los problemas que los habitantes de las grandes ciudades enfrentamos, como la falta de oxígeno, el exceso de basura, los problemas de vialidad y transporte, de servicios, de vivienda o de ingobernabilidad nos hacen pensar que (...) tamaño, densidad y heterogeneidad hacen llevar un «estilo de vida» impersonal, anónimo, sin arraigo y cargado de conflictos sociales".

De acuerdo con este informe, "la presencia de organizaciones vecinales que desde la cotidianeidad y el territorio buscan mejorar los servicios, construir parques o espacios verdes o regular la convivencia vecinal, nos confirman que «el lugar donde se vive», la comunidad, aún son referentes importantes de identidad y de vida".

Más vale llevarse bien con los vecinos, y así lo han entendido algunos franceses: consideran este aspecto tan importante, que han decidido dedicarle un día.

¿Celebrarías la fiesta del vecino?


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En Francia festejan la fête des voisins el próximo viernes 27. Es la ocasión ideal para "reencontrarlos, desarrollar la convivencia y romper con el anonimato y el aislamiento que reinan a menudo en nuestros barrios". ¿Cuáles son los pros y contras?




En este país europeo parece que ven, sobre todo, ventajas, y han propuesto el próximo viernes como "fiesta de los vecinos", un día dedicado a ellos, con el fin de socializar y conocer mejor a los que viven en el mismo edificio. La página web que organiza este día cuenta que en Europa ya han participado en este tipo de celebraciones unos 10 millones de vecinos, 6,5 de los cuales son procedentes de Francia. Hasta ahora ya se ha festejado el día del vecino 11 veces, y la fiesta se ha extendido por más de 30 países (20 de ellos, en la Unión Europea).

Para llevar a cabo este día aconsejan que se cuelguen carteles en el vecindario para informar acerca del motivo, lugar y hora del festejo. Sugieren cómo mandar las invitaciones, quién puede organizar el encuentro y qué se puede cocinar para una ocasión tan particular.

La pregunta que se desprende de esta iniciativa es la siguiente: ¿queremos relacionarnos con nuestros vecinos? ¿Qué ventajas trae, y qué inconvenientes acarrea?

Los vecinos, como tantas cosas de la vida, no se eligen: tocan. Y todo el mundo ha sufrido en algún momento ruidos, olores e, incluso, malhumores de aquellos que tienen la puerta de su casa al lado de la nuestra.

A veces surgen conflictos aún peores, como lo son rencillas vecinales, cotilleos, litigios con juntas de administración, etc.

Pero esto sólo es un lado de las dos caras de la moneda. Tener un vecino amable puede sacar a más de uno de un apuro a la hora de cocinar. Un trato amable y considerado puede evitar problemas en el futuro e, incluso, puede contribuir a crear cierta solidaridad vecinal que conlleve un beneficio para ambos. El contacto frecuente con el vecindario da la sensación de no vivir aislados, de pertenecer a una comunidad, de que se recupera cierto espacio en el que, incluso en las grandes ciudades, los vecinos pueden conocer y llamarse por su nombre. Y esto no es nada despreciable.

Según un estudio de 1995 de la Universidad de Guadalajara (1995), "los problemas que los habitantes de las grandes ciudades enfrentamos, como la falta de oxígeno, el exceso de basura, los problemas de vialidad y transporte, de servicios, de vivienda o de ingobernabilidad nos hacen pensar que (...) tamaño, densidad y heterogeneidad hacen llevar un «estilo de vida» impersonal, anónimo, sin arraigo y cargado de conflictos sociales".

De acuerdo con este informe, "la presencia de organizaciones vecinales que desde la cotidianeidad y el territorio buscan mejorar los servicios, construir parques o espacios verdes o regular la convivencia vecinal, nos confirman que «el lugar donde se vive», la comunidad, aún son referentes importantes de identidad y de vida".

Más vale llevarse bien con los vecinos, y así lo han entendido algunos franceses: consideran este aspecto tan importante, que han decidido dedicarle un día.

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