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El temor dispara las ventas de sal en China.



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La agencia de planificación económica exhortó a los ciudadanos para que dejen de comprar sal, ya que la creencia de que puede detener las enfermedades generadas por la radiación es infundada


El Gobierno reiteró que sus residentes no estarán expuestos a la radiación proveniente de una planta nuclear en el noreste de Japón, donde ingenieros intentan frenéticamente ponerla bajo control luego de que resultara dañada por el terremoto y el tsunami del viernes pasado.



No obstante, sus habitantes han comprado grandes cantidades de sal yodada y vaciaron los mercados del producto, que suele tener un bajo precio y una gran oferta.



"En los últimos días, algunas zonas han sido afectadas por rumores que desataron grandes compras de sal, y algunos mercaderes descontrolados han aprovechado la oportunidad para subir los precios", indicó en un comunicado la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC por su sigla en inglés). "No crean en rumores, no extiendan rumores, y no compren guiados por el pánico", recomienda el aviso.



El incremento de la demanda pudo haber surgido debido a un malentendido respecto a reportes que indicaban que la glándula tiroidea es susceptible al yodo radiactivo -uno de los tipos de radiación que podrían producir los reactores dañados- y que las tabletas de yodo con potasio pueden bloquear el yodo radiactivo, si son tomadas antes de la exposición.



Pero la sal con yodo no protegería contra la radiación y no existe motivo en China para alarmarse ya que el país está a miles de kilómetros de los reactores, indicaron los médicos en reportes de prensa el jueves.



Desoyendo los consejos de los expertos, fueron muchos los residentes chinos que formaron largas filas para comprar sal y la compañía de distribución estatal prometió acelerar el suministro. En el supermercado Hua Pu en Pekín, los compradores tomaban la sal de los estantes más rápido de lo que se demoraban los empleados en reponer los suministros.



Fuente: Reuters

El temor dispara las ventas de sal en China.



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La agencia de planificación económica exhortó a los ciudadanos para que dejen de comprar sal, ya que la creencia de que puede detener las enfermedades generadas por la radiación es infundada


El Gobierno reiteró que sus residentes no estarán expuestos a la radiación proveniente de una planta nuclear en el noreste de Japón, donde ingenieros intentan frenéticamente ponerla bajo control luego de que resultara dañada por el terremoto y el tsunami del viernes pasado.



No obstante, sus habitantes han comprado grandes cantidades de sal yodada y vaciaron los mercados del producto, que suele tener un bajo precio y una gran oferta.



"En los últimos días, algunas zonas han sido afectadas por rumores que desataron grandes compras de sal, y algunos mercaderes descontrolados han aprovechado la oportunidad para subir los precios", indicó en un comunicado la Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma (NDRC por su sigla en inglés). "No crean en rumores, no extiendan rumores, y no compren guiados por el pánico", recomienda el aviso.



El incremento de la demanda pudo haber surgido debido a un malentendido respecto a reportes que indicaban que la glándula tiroidea es susceptible al yodo radiactivo -uno de los tipos de radiación que podrían producir los reactores dañados- y que las tabletas de yodo con potasio pueden bloquear el yodo radiactivo, si son tomadas antes de la exposición.



Pero la sal con yodo no protegería contra la radiación y no existe motivo en China para alarmarse ya que el país está a miles de kilómetros de los reactores, indicaron los médicos en reportes de prensa el jueves.



Desoyendo los consejos de los expertos, fueron muchos los residentes chinos que formaron largas filas para comprar sal y la compañía de distribución estatal prometió acelerar el suministro. En el supermercado Hua Pu en Pekín, los compradores tomaban la sal de los estantes más rápido de lo que se demoraban los empleados en reponer los suministros.



Fuente: Reuters

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